viernes, 29 de diciembre de 2017

Catarata de origen laboral


En el caso de los ojos, unos de los órganos más expuestos a riesgos ocasionados por el trabajo, las acciones preventivas son las más relevantes para evitar casos de lesiones, afecciones o traumas que incluso pueden dejar sin visión a un trabajador, como es el caso de la catarata.


Dentro del ojo, tenemos un lente llamado “cristalino”, una estructura de consistencia blanda y que frente a agresiones físicas o químicas puede perder su transparencia. Cuando este lente se torna opaco y no deja pasar la luz con claridad, hablamos de catarata. Por lo tanto, la catarata es una opacidad del cristalino y puede tener causas variadas, siendo la más frecuente la relacionada a la edad. No obstante, hay cataratas que pueden deberse a causas externas, muchas de las cuales son evitables, como los traumatismos oculares.

En el ámbito laboral, hay múltiples factores de riesgo que pueden aumentar la incidencia de cataratas. Entre los agentes que pueden detonar una catarata en el ambiente laboral, se cuentan:
• Descargas eléctricas.

• Radiaciones ionizantes (rayos X, rayos gamma) en trabajos de radiología y en lugares que manipulen productos radioactivos.

• Radiaciones no ionizantes, como por ejemplo, UV, microondas. Las personas que trabajan con material incandescente (como vidrio o metal fundido), también se encuentran entre las expuestas.

• Traumatismos directos a los ojos.

• Sustancias tóxicas, como el trinitrotolueno (TNT) que, en exposiciones prolongadas, puede generar cataratas.

Desarrollo de la enfermedad
Los síntomas iniciales de la catarata son deslumbramiento en las noches, cambios frecuentes en la prescripción de lentes, así como una reducción de la sensibilidad de contrastes y la necesidad de usar una luz más intensa para leer. Con la progresión de la catarata, la visión se va deteriorando paulatinamente hasta impedir la realización de actividades cotidianas. Es importante tomar las medidas de prevención adecuadas para cada actividad laboral y evitar la aparición de las cataratas.
No todas las cataratas tienen indicación de cirugía: cuando es leve, se puede optar por un manejo conservador, si no afecta las actividades de la vida diaria; sin embargo, una vez que estas afectan la visión en forma significativa, el único tratamiento es la cirugía. Esta consiste en extraer el cristalino cataratoso y reemplazarlo por un lente artificial de un material acrílico o de silicona; en general, la cirugía es rápida y logra buenos resultados, pero no está exenta de riesgos. En casos especiales, las cataratas traumáticas suelen requerir cirugías más complejas, ya que con frecuencia se asocian a daños en otras estructuras del globo ocular.

Acciones preventivas

Al ser un órgano muy delicado y sensible, y al estar expuesto directamente al ambiente, el ojo humano debe estar siempre protegido ante eventuales riesgos. En el ojo hay muchas estructuras que potencialmente pueden dañarse por un accidente, algunas de ellas en forma reversible y otras no. Por esta razón, el mejor tratamiento siempre será la prevención.Es fundamental que todo trabajador que manipule herramientas o esté expuesto a recibir un golpe o impacto de partículas en los ojos, use antiparras de seguridad. Esto, debido a que, por un amplio margen, la causa más frecuente de cataratas en el ambiente laboral son los traumatismos directos del globo ocular. Existen también antiparras especiales para filtrar los distintos tipos de radiaciones que provocan las distintas actividades laborales.


Algunas prescripciones
En casos leves:
• Cambio en la prescripción de anteojos.
• Mejor iluminación.
• Lentes de aumento.
• Gafas de sol.
En casos graves:
El único tratamiento para una catarata es la cirugía para extirparla. La cirugía, por lo regular, se recomienda cuando el paciente no puede desempeñar actividades normales como conducir, leer, mirar la computadora o pantallas de video, ni siquiera con el uso de gafas.