Los factores de la coagulación son proteínas esenciales para la formación del coágulo sanguíneo. Cada una de las pruebas evalúa uno de los varios factores de la coagulación producidos por el hígado. Cuando una persona presenta un episodio de sangrado inexplicable, una de las posibles causas puede ser una disminución de algún factor de la coagulación sanguíneo. Al médico le es muy útil medir el nivel de estos factores para establecer la causa y instaurar el mejor tratamiento.
La mayor parte de las veces, el nivel de un factor de la coagulación se determina midiendo la actividad o la función de dicho factor en sangre. Los ensayos de actividad pueden determinar si los niveles de estas proteínas están disminuidos o si las proteínas no funcionan adecuadamente (su función está reducida). Más raramente puede medirse la cantidad de antígeno del propio factor. Las pruebas que miden los antígenos de los factores de la coagulación permiten conocer en qué cantidad están presentes esas proteínas pero no consiguen determinar si su función es normal.
Cuando se produce una lesión que ocasiona un sangrado, se activa el sistema de la coagulación de tal manera que se tapona con un coágulo el orificio por donde se producía el sangrado en el vaso, sin impedir que la sangre siga fluyendo por el mismo vaso sanguíneo e intentando que el coágulo no aumente de tamaño. El sistema de la coagulación consiste en una serie de proteínas (factores de la coagulación) que se activan de manera secuencial por un mecanismo conocido como cascada de la coagulación. El resultado final consiste en la formación de unas hebras de fibrina insolubles que se entrecruzan en el lugar de la lesión junto con fragmentos celulares conocidos con el nombre de plaquetas, formándose así un coágulo estable. Este coágulo impide pérdidas adicionales de sangre y permanece ahí hasta que el área ha cicatrizado. El proceso de la coagulación es dinámico; una vez se ha formado el coágulo, se activan otros factores de la coagulación con la finalidad de que se limite la formación de más coágulo y finalmente se consiga disolver el coágulo por un mecanismo conocido como fibrinolisis. El coágulo se elimina con el tiempo a medida que la lesión se va curando. En personas sanas, este equilibrio entre formación y eliminación del coágulo asegura que no se produzcan sangrados excesivos y que los coágulos se vayan eliminando cuando ya no son necesarios.
Existen nueve factores proteicos de la coagulación que se analizan de manera rutinaria (véase tabla inferior). A estos factores se les asigna un nombre o un número romano, o en ocasiones, ambos. Por ejemplo, el factor II de la coagulación también es conocido como protrombina. Cuando faltan uno a varios de estos factores, o se producen en poca cantidad o no funcionan adecuadamente, se puede sangrar en exceso.
¿Cómo se obtiene la muestra para el análisis?
Extracción de la muestra por punción de una vena del antebrazo.
¿Se requiere alguna preparación previa para asegurar la calidad de la muestra?
Para esta prueba no se requiere ninguna preparación especial.
El estudio de los factores de la coagulación se realiza para determinar si la actividad general de la coagulación es suficiente como para controlar el proceso de la formación del coágulo. Sirve para determinar si los niveles de uno o varios factores están disminuidos o los factores están ausentes (por debajo de los límites de detección del método de medida), para conocer si se asiste a una disminución de la formación del coágulo y a sangrados; también para saber si los niveles de dichos factores están aumentados, asociándose a formación excesiva de coágulos y a trombosis.
Para evaluar la función específica de los factores, se mide la actividad de cada uno de ellos. Si en una de las pruebas se halla una disminución de la actividad, puede solicitarse también la medida del factor (antígeno, factor antigénico). Así se puede establecer si la baja actividad hallada es debida a una cantidad escasa del factor o bien a un defecto de la función del factor evaluado.
A veces se miden los niveles de factores de la coagulación en personas con antecedentes familiares de sangrados.