Las sustancias peligrosas –todo líquido, gas o sólido que supone un riesgo para la salud o seguridad de los trabajadores– se pueden encontrar en casi todos los lugares de trabajo. En todo el territorio europeo, millones de trabajadores entran en contacto con agentes químicos y biológicos que pueden causarles daños.
De hecho, el 15 % de los trabajadores de la UE tienen que manipular sustancias peligrosas para realizar su trabajo, y otro 15 % declaran que en su lugar de trabajo están expuestos a la inhalación de humo, vapores, gases o polvo.
Algunas sustancias muy peligrosas, como el amianto, que causa cáncer de pulmón y otras enfermedades respiratorias mortales, están ahora prohibidas o sometidas a controles estrictos. No obstante, hay otras sustancias perjudiciales que siguen utilizándose de manera generalizada, por lo que se aplican leyes para garantizar que los riesgos que entrañan se gestionen adecuadamente.