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Situada detrás de la garganta, la faringe se encuentra en la intersección de las vías digestivas y las vías respiratorias, por lo que está expuesta a diversas agresiones potenciales como alimentos y bebidas irritantes, virus y bacterias, contaminación ambiental o cambios climáticos, especialmente el frío.
Faringitis, rinofaringitis, laringitis...
La mucosa que cubre esta estructura anatómica está equipada con importantes defensas que la protegen contra los agresores. Pero a veces está mucosa se satura y se inflama, causando dolores de garganta, una queja muy frecuente de los pacientes que consultan a al médico.
Esta inflamación, independientemente del origen, se llama faringitis. Pero la mucosa de las vías respiratorias superiores forma un continuo que va de la nariz a la laringe y la tráquea. Por esta razón, la faringitis a menudo toma la forma de una rinofaringitis o nasofaringitis, especialmente en los niños, o puede extenderse y causar laringitis o incluso una traqueítis.
Afortunadamente, la faringitis suele ser benigna y no se extenderá si se la trata al principio del proceso inflamatorio.
La faringitis aguda suele ser benigna y de poca duración
Las faringitis son más frecuentes durante el invierno y se manifiestan con un dolor más severo durante la deglución y a menudo con ronquera de la voz. Una fiebre leve (no más de 38° C) puede acompañar estos síntomas, además de dolor de cabeza, sensación de debilidad y ganglios linfáticos inflamados en el cuello. La parte posterior de la garganta se ve roja e hinchada y a veces hay también una tos persistente.
En algunos casos, la faringitis puede extenderse, más a menudo en los niños, en forma de rinofaringitis. En estos casos afecta la nariz: secreciones o nariz tapada. Con menos frecuencia puede extenderse al oído (otitis), los senos paranasales (sinusitis), la laringe (laringitis) o la tráquea (traqueítis). Pero en general la faringitis es benigna y de corta duración.
La faringitis aguda es generalmente de origen viral
La faringitis aguda es infecciosa y por lo menos el 90 % de las veces es de origen viral. En estos casos puede bastar con tratar los síntomas. Los antibióticos no sólo son innecesarios sino totalmente desaconsejados (su uso injustificado aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos).
En aproximadamente 10 % de los casos la faringitis puede ser debida a una infección bacteriana, usualmente un estreptococo betahemolítico del grupo A. Esta infección bacteriana se manifiesta con síntomas más intensos: fiebre de 38 ° C, dolor de garganta, ganglios sensibles o dolorosos en el cuello. Además de la garganta roja puede presentarse una secreción blanquecina en la garganta y las amígdalas: se trata probablemente de anginas y es necesario consultar con el médico para evitar posibles complicaciones.
Una causa menos frecuente de faringitis aguda es la mononucleosis infecciosa que se manifiesta con dolor de garganta intenso que puede durar hasta cuatro semanas, fiebre, escalofríos, cansancio importante y ganglios inflamados en el cuello, las axilas y las ingles.
Faringitis aguda: cuándo ver al médico
Si los síntomas son leves o moderados se puede consultar con el médico o el farmacéutico.
En todos los casos y para evitar complicaciones se recomienda consultar con un médico si los síntomas continúan por más de 48 horas, son muy intensos o de evolución rápida, empeoran o si hay signos de que la faringitis se extiende.
Sea cual sea el origen de la faringitis el médico hará un examen físico y preguntas concretas para llegar al diagnóstico. El médico podría pedir un test rápido de diagnóstico si se sospecha que el origen es bacteriano (angina) y en ciertos casos otros estudios de laboratorio.
Faringitis crónica: cómo se manifiesta
La faringitis crónica se desarrolla progresivamente y a veces sin que la persona se dé cuenta. Los síntomas son menos intensos que los de la faringitis aguda, afectan la garganta estrictamente y raramente se acompañan de fiebre; solo si hay reinfección. La persona puede tener la sensación constante de sequedad y tener que carraspear a menudo para aliviarse.
Faringitis crónica: causas muy variadas
La faringitis crónica es más frecuente en el adulto que en el niño. Esto se explica porque el adulto está más expuesto a muchas de las causas que pueden desencadenar una faringitis. De manera general se puede decir que cualquier factor capaz de irritar la garganta puede originar faringitis crónica.
Las causas frecuentes de faringitis crónica son el tabaquismo (activo y pasivo), el alcohol, la exposición a contaminantes atmosféricos o del aire interior, o la exposición repetida a corrientes de aire frío (por ejemplo en habitaciones con constante aire acondicionado).
Otras causas posibles son la rinitis o rinosinusitis crónica o el reflujo gastro-esofágico (RGO) ya que las subidas de ácido del estómago hacia el esófago pueden llegar hasta la garganta y provocar una irritación crónica de la faringe. Forzar la voz de manera sistemática, como les ocurre a los profesionales de la enseñanza o el canto, es otra causa de faringitis crónica.
Faringitis crónica: cuándo ver al médico
En general se aconseja consultar con el médico cuando la faringitis se extiende por más de dos o tres meses. De esta manera se podrá identificar y tratar la causa incluso cuando no sea evidente, como en casos de abuso de alcohol o de tabaquismo.